miércoles, 20 de abril de 2011

Domingo a la mañana

El post de hoy va a estar dedicado a una reflexión que me surgió desde el asiento de copiloto yendo hacia zona norte un domingo a la mañana.Me di cuenta que la gente ha cambiado de hábitos en lo que respecta a actividades dominicales "positivas".

Entiéndase que el universo que voy a tomar va a ser: capitalinos, clase media-alta.
Antes, una gran parte de la población dedicaba su mañana de domingo a ir a misa. No solamente para cumplir con un mandato religioso, sino que además era el lugar de reunión social donde manguear un laburo para el sobrino, sacarle el cuero a Inesita, invitar a comer a casa y que los hombres cerraran negocios.
En la actualidad las reuniones sociales dominicales se trasladaron al aire libre. Estoy hablando de la carreras(3K,10K, XK).

Las carreras en formato "cool" llegaron a Baires hace varios años y barrieron al tenis como actividad yuppie. Pisaron fuerte en los círculos ejecutivos, tanto que correr es casi tan obligatorio como ir al trabajo. Correr es un tema de conversación para intercambiar experiencias, compartir circuitos, y alardear (discretamente) si vas a la ING NYC.
Y, como este es un blog de moda, quiero destacar que tanto para la misa como para las carreras, hay una ropa pertinente. Uno no puede vestirse con una remera gastada de Megadeath, no, claro que no; hay que respertar las pompas del Nike shop.

Correr y misa, a ambos se les adjudica varios efectos positivos; estar bien con la Iglesia, es decir, cumplir los preceptos religiosos descansa el alma, genera  networking barrial, etc. Con respecto a las carreras, se llenan de significado cuando se las acompañan de alguna obra para "tomar conciencia" (por el cancer de mama, por el agua, por la prostata, etc). Èste aspecto "altruista" de las carreras le da un costado espiritual. Las convierte en buenas en sí mismas, como la misa, pero con la ventaja de extender el contacto social más allá del barrio, más allá de la empresa.
Ir a la carrera "por el agua" no te obliga a comprometerte con la causa; no hace falta que seas consecuente, y lo mismo pasa con la misa, no te obliga a aplicar de verdad todos los mensajes cristianos.

Hemos de concluir pues que la misa y la carrera son espacios sociales. Ambas sirven para extender los círculos de networking.

Eimen.

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