Esperanza Aguirre, del Partido Popular (partido conservador), asume en 2003 como presidenta de la comunidad de Madrid.
Los medios españoles la tildan de mujer de imagen humana, relajada. Recuerdo una vez, haber visto críticas hacia ella, cuando en una reunión oficial se puso a tararear el himno español, cosa que me pareció de mal gusto, digamos... irrespetuoso... entonces consulté a una amiga española qué le parecía ese hecho, a lo que me respondió contándome que es algo que la mayoría de españoles hace porque al himno español le han quitado la letra, es decir... ES MUSICA NADA MAS!, rarísimo... qué símbolo incompleto pensé yo. Es decir, a través de la palabra que hace posible su reproducción, lo que genera acostumbramiento y "fidelidad" se estrechan lazos que fomentan una unidad nacional (en sentido de Estado-Nación; ordenamiento que está mutando en su definición clásica).
De todas formas... volviendo a donde quería ir... hablar de la vestimenta de la presidenta Aguirre... se la considera una mujer arriesgada en términos de ropa, se atreve a ir de Agatha Ruiz de la Prada, con esos colores brillantes y estructuras, a mi ojo, no siempre felices; pero mas allá de aventurarse en estilos extravagantes para determinadas ceremonias, ella acusa tener un
wardrobe de bajo costo, de marcas como ser H&M, Zara, o Mango, agrega " no soy una celebrity, no vivo de la moda".
H&M, Zara o Mango, son tiendas que su objeto es tener "ropa buena" a un precio muy accesible (durante épocas de liquidación una puede encontrar prendas hasta por 4 euros), la idea de estas marcas es competir a traves de una gran producción, ofertar mucho y que mucha gente consuma sus productos, apuntan al consumo masivo, lo que les permite reducir sus costos.
Es entretenido ver a Esperanza y su ropa, porque por lo general es despojada y de cuando en cuando exagerada, como una mujer relajada que a veces decide dar un giro brusco para no aburrirse, ni aburrir a los demás.
